En esta otra vista de la fachada desde una posición lateral, podemos percibir en su parte inferior que este lienzo se apoya en un zócalo ligeramente resaltado, con dos pequeños huecos correspondientes a ventanucos para la aireación del sótano inferior del monasterio.
Sobre dicho zócalo aparece la primera de sus alturas, que cuenta con 6 huecos para ventanas profusamente decoradas, que sirven para la ilumninación del sótano superior.
Encima de este espacio, y para separarlo del superior, recorre horizontalmente el muro una moldura de guirnalda corrida, sobre el que se abren otras 7 ventanas con abundante decoración, tres de las cuales se encuentran sobre el nivel de dicha moldura, otras dos a un nivel ligeramente superior, y las dos restantes a nivel algo más elevado, quedando rematada esta altura en su parte superior con la ancha cornisa decorada anteriormente citada.
Sobre esta cornisa se aperturan otros 9 vanos con copiosa decoración, que en este caso corresponden a puertas o ventanas abalconadas: siete de ellas a un mismo nivel, y las dos primeras a la derecha en un nivel algo más elevado.
Rematando el muro en su parte superior, en el piso añadido en el siglo XVIII, se abren otras 5 puertas con balcón, con una más sencilla decoración. Esta última planta, cuyos muros externos ya no cuentan con decoración plateresca, tiene su razón de ser a causa de la decisión tomada en este siglo tras el hundimiento hasta la cornisa del segundo piso existente para poder añadirle uno más, con lo que se igualaba en altura los cuatro lados del monasterio.
Hay que señalar que al fondo de la imagen vemos como sobresale del muro otra parte de la edificación del monasterio, que en este caso corresponde al final del ala este del muro sur, contando ese espacio con cuatro niveles de pisos, con una ventana o puerta en cada uno de ellos, así como un hueco inferior para aireación del sótano.
Y a la derecha de la foto lo que apreciamos son los contrafuertes y parte de la cabecera de la iglesia.