La Reja que protege su acceso bajo un gran arco algo apuntado es atribuida a Juan Francés, aunque no tengamos constancia documental de ello, si bien su traza semeja, con algunas variaciones, la contigua de San Pedro y San Pablo por él elaborada.
Se compone dicha reja de traza gótica de un solo cuerpo y su remate dentro del cual se desarrolla horizontalmente una barra, interrumpida hacia su mitad, donde se abren las dos hojas de la puerta de entrada bajo un friso o cenefa a mayor altura que dicha barra.
Los barrotes, que solo poseen macollas decorativas en sus basas, colocadas en arista están dispuestos de manera alterna entre sus formas lisas y las retorcidas, que se contrapean en la parte superior del cuerpo y de la cenefa.