TORRE DE TELÉGRAFO
A mediados del siglo XIX se realizó en la provincia de Cuenca la construcción de una serie de Torres fortificadas, con el fin de albergar los aparatos de Telegrafía Óptica, como red de comunicación rápida que en este caso formaba parte de la línea establecida entre Madrid y Valencia.
Del conjunto de Torres de Telegrafía Óptica del territorio nacional, que formaba parte de la Línea telegráfica Madrid-La Junquera vía Valencia (con un total de 52 torreones consecutivos), la Provincia de Cuenca cuenta con el mayor número de Torres de Telegrafía Óptica de ese recorrido y del ramal de la capital conquense.
De la veintena que se construyeron en este territorio, son 12 el número de torres que formaban parte en el itinerario Madrid-Valencia y otras 8 en el ramal que partiendo de Tarancón comunicaba con Cuenca capital.
Recientemente las líneas de Telegrafía Óptica de la Provincia de Cuenca (las 16 que se conservan) han sido declaradas Bien de Interés Cultural con la categoría de Sitio Histórico.
Los aparatos ópticos se montaban sobre estas Torres que estaban fortificadas, ya que se construían en lugares aislados susceptibles de posibles ataques en esa época de guerrilleros o bandoleros, por lo que los telegrafistas solían ser militares licenciados preparados para este tipo de misión. Desde ellas se enviaban mensajes cifrados a la torre siguiente por medio de un poste de señales situado sobre la torre correspondiente.
Estas Torres fueron edificadas entre los años 1848 y 1849 de manera homogénea utilizando el ladrillo y complementadas en mampostería de aparejo toledano elaborado con piedras y verdugadas de ladrillo.
Esa homogeneidad en su construcción estaba formada por un tipo de edificación de planta cuadrada fortificada de tres alturas que en su base o planta baja quedaba reforzada mediante un talud, y dos plantas superiores en las que se abría una ventana en cada una de ellas.
Las aperturas en sus muros eran las siguientes: en la planta baja se abrían tres aspilleras fusileras, en la planta primera la puerta de entrada así como una ventana, y en la planta superior otra ventana. El ingreso a la defensiva planta baja se realizaba desde el primer piso, mediante una escalera que se podía retirar desde su interior, y de esta manera dejar aislada la torre del exterior.
Respecto a la distribución interna de las plantas, en la primera es donde se realizaban las guardias, y en la segunda se encontraba instalada la maquinaria que accionaba el aparato para transmitir desde la terraza de la cubierta de la torre.
Las 12 Torres levantadas por el territorio conquense en la línea Madrid-Valencia son las siguientes: Belinchón / Tarancón / Almendros / Saelices / Montalbo / Villares del Saz / Olivares del Júcar / Valverde del Júcar / Olmedilla de Alarcón / Motilla del Palancar / Iniesta y Graja de Iniesta). Y las otras 8 Torres que desde Tarancón se comunicaba con Cuenca son las siguientes: Uclés / Carrascosa del Campo / Torrejoncillo del Rey / Horcajada de la Torre / Abia de la Obispalía / Villanueva de los Escuderos y dos en Cuenca (la de Valdegonzalo y La Mendoza).