La antigua ermita de Santa Catalina se convirtió a partir de la segunda mitad del siglo XVII en la iglesia parroquial de Abia de la Obispalía tras el traslado a ella del culto existente en la primitiva iglesia románica de La Asunción, cuyas ruinas se sitúan a los pies del cerro del castillo.
A este respecto indicar que En el Libro de Visitas del Obispado del año 1656 el Visitador sugiere la conveniencia de trasladar el Santísimo a la Ermita de Santa Catalina, en la llanura, “para que los enfermos e impedidos puedan acudir a los Divinos Oficios”.
Este templo parroquial mantiene su denominación diocesana de Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción
Está construido en mampostería, con el uso de sillería en la fachada sur, contrafuertes y esquinales. Como campanario posee una sencilla espadaña con un alargado vano rematado en arco de medio punto donde se emplaza una campana.