En el interior del recinto de la fortaleza, lo primero que puede observarse es que su planta ofrece un gran desnivel entre la parte más elevada en su interior norte, por su adaptación al suelo existente sobre la cresta del cerro, que es la más alta, y la que se encuentra en el espacio sur del recinto, que está a inferior nivel. El espacio interior diáfano del recinto, con una superficie de 1.120 metros cuadrados, nos ofrece la visión de los elementos más característicos de este castillo: los lienzos de muralla, el aljibe y la torre del homenaje.
Los cinco lienzos de muralla no poseen almenado alguno, en su lugar tienen un muro de protección hacia el exterior cuyo remate superior o albardilla mantiene una línea horizontal que asciende desde el oeste y el sur hacia donde se encuentra la torre del homenaje, con un ascenso en diagonal en su zona norte y con una elevación escalonada en la zona sur, a través de cuatro alturas en desnivel, para cerrar dicho muro donde está el nivel de la plataforma de entrada a dicha torre. Todo el recinto amurallado posee adarve, que en algunos sitios tiene escalones.