En la parte más elevada de la población se encuentra el denominado Barrio de El Castillejo, donde se conservan restos de muralla y una puerta de entrada a su recinto fortificado conocida como Arco de La Malena.
Es en este elevado espacio, que ocupa dicho barrio del Castillejo, donde se establecieron los primeros moradores taranconeros. Desde este lugar se fue desarrollando la población a través de las diversas culturas que fueron ocupando este territorio conquense.
Del propio castillo no quedan restos ya que sobre su emplazamiento original se edificó una primitiva iglesia románica posteriormente modificada y ampliada que es la actual parroquial de Nª Sª de la Asunción.
Para algunos autores tanto el recinto amurallado como la puerta de entrada debieron realizarse en el siglo XI.
La importancia de esta muralla defensiva se mantuvo todavía efectiva en el siglo XIX, durante las guerras carlistas, ya que este recinto de El Castillejo se utilizó como emplazamiento donde se hicieron fuertes los soldados taranconeros partidarios de la reina Isabel.