La Basílica visigoda
Esta basílica cristiana, situada fuera del casco urbano, ocupa un área próxima a la necrópolis tardo-romana.
Su construcción se inició a finales del siglo IV o comienzos del V de nuestra era, habiendo tenido posteriores remodelaciones.
En la Hispania visigoda fue sede episcopal de la iglesia católica y en la basílica fue depositado el sarcófago que contenía los restos de Sefronio, obispo segobrigense muerto hacia el año 600. Junto a él se guardaron restos de otros obispos: Nigrino, Caonio y Honorato.
Alrededor de la basílica se extiende una necrópolis que asegura el carácter funerario del templo, seguramente construido sobre la tumba de algún mártir o cristiano singular allí enterado, que pudo atraer los sepulcros de los obispos y luego de todos los fieles.