La única parte que puede verse exteriormente de la Iglesia de San Martín Obispo es el ábside.
El ábside semicircular se realizó mediante piedra de sillería trabajada esmeradamente, el cual quedaba dividido en tres tramos mediante dobles pilastras en cada lado del tambor.
Además de la pilastra conserva el ábside una ventana cegada, apreciándose también en el fondo a la derecha el único modillón o canecillo que conserva la iglesia, que tendría una serie de ellos en forma de caveto que recorrería el templo.
En la parte norte del ábside se conserva la doble pilastra que originalmente llevaba adosada entre ellas una columna, no quedando en la actualidad vestigios de ella.
Tras la vegetación se vislumbra la columna original románica del lado sur, compuesta por basa y fuste pero sin su capitel.
Basa de la columna del lado sur sobre plinto formado por toro, escocia y collarino sobre la que se alza el fuste.
Ventana saetera hoy cegada, con arco doblado de medio punto sobre jambas lisas que se abre en el centro del tambor absidial.
Interior del ábside en el que se aprecia que una gruesa cornisa lo recorría por encima de la ventana antes citada, sobre el que se distingue el comienzo del arranque de la bóveda de cuarto de esfera con la que contaba.
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