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Belmonte: Colegiata (04) Capilla de la Anunciación

 

Capilla de la Anunciación

 

Junto a la capilla del Bautismo, pero ya abierta en el muro norte de la nave del evangelio, se sitúa la Capilla de la Anunciación, fundada en el año 1531 por Juan de León, canónigo de la Colegiata y hermano del abuelo de Fray Luis de León.

Quizá fuese el arquitecto Juan de Alviz el que diseñara las trazas arquitectónicas protorrenacentistas de esta capilla, donde se funden las formas góticas con las renacentistas.

Desde el exterior de ella no puede apreciarse su arco de entrada, debido a que lo dificulta la reja que la cierra, algo que si puede observarse desde el interior de la misma.

Precisamente esta reja es una de las más artísticas que hay en territorio conquense, que se detalla a continuación junto con su Retablo Mayor, así como los dos arcosolios que acogen un sepulcro y otro retablo.

Respecto a esta magnífica reja y a otras que cierran otras capillas de esta Colegiata hay que tener en cuenta que a principios del siglo XVI se desarrolló en Cuenca uno de los periodos más esplendorosos de su historia artística, despuntando entre otros artes el de la rejería, ya que por una parte disponía en su territorio de la materia prima, el hierro, que se traía desde Tragacete, al norte de la provincia, y por otra se daba la circunstancia de que Cuenca contaba en esos momentos con suficientes medios económicos con los que poder cerrar con rejas las capillas de su Catedral, llegándose a crear por ello una afamada escuela conquense que mantuvo la tradición del trabajo del hierro.

Será en varias de las capillas de la Catedral de Cuenca y en algunas de las capillas de esta Colegiata de Belmonte donde encontraremos la mayoría de las rejas que las cierran y que se elaboraron en esos talleres por maestros rejeros tan conocidos como Juan Francés, Esteban Limosín o Hernando de Arenas, que de todos ellos tenemos obras en esta Colegiata de Belmonte.

Esta elegante reja del siglo XVI, que cierra la Capilla de la Anunciación, labrada a dos haces (anverso y reverso), de gran monumentalidad y atribuida al rejero renacentista Hernando de Arenas, posiblemente no fue realizada para cerrar esta capilla, ya que no se ajusta su dimensión al vano, puesto que lo sobrepasa a sus lados y no se apoya en las jambas del arco de entrada sino que se sostiene en dos de las grandes columnas del templo, y por ello queda ocultada parte de la decoración de dicho arco de ingreso a la capilla.

Se articula esta reja con dos cuerpos, separados por cenefas, más la crestería que la remata, igualmente separada del segundo cuerpo por otro friso o cenefa.

Queda dividida en tres calles, a través de pilares en el cuerpo inferior y columnas en el superior, dentro de las cuales se disponen un total de setenta y dos barrotes abalaustrados, con sus correspondientes adornos de macollas en el centro de cada uno de ellos, distribuidos en doce por cada uno de los espacios que delimitan los pilares y columnas acabadas con capiteles corintios.

En la parte inferior del primer cuerpo se desarrolla horizontalmente una barra, que apoya lateralmente en los pedestales de los pilares de las calles laterales, pero no así en la central que lo hace en los dos barrotes laterales que hacen de bisagra a las puertas abalaustradas de entrada a la capilla.

Pedestales de la reja.

Detalles pilares reja.

Detalles del cuerpo inferior de la reja

La cenefa o friso de chapa repujada que separa el primer del segundo cuerpo se adorna con elementos como dragones o bichas, jarrones y en cada uno de sus tres espacios centrales un medallón circular que recogen la figura de un rostro humano.

De la cenefa superior cuelgan en total seis ornamentadas guirnaldas, dos en cada calle, sobre las que apoyan unos amorcillos afrontados. Este friso es algo más ancho que el inferior ya que constituye el entablamento para apoyo de la crestería. Su chapa repujada tiene una decoración parecida a la inferior, con tres medallones circulares de cabezas humanas de perfil, que en este caso se rodean de cornucopias, decoración vegetal y dragones.

Detalle de las guirnaldas con los amorcillos.

El remate superior de la reja, su crestería o coronamiento, se ordena en torno a la figura de la Anunciación de la Virgen, que figura en el espacio central bajo. Alrededor de esta imagen, entre grandes candeleros, aparecen onduladas formaciones de roleos y bichas o animales fantásticos.

Vista del arco de entrada a la capilla desde el interior de la misma.

 

Desde el interior de esta capilla de la Anunciación podemos comprobar su gran arco de entrada a la misma, con ornamentación vegetal  tanto entre sus arquivoltas como en los casetones de su intradós. Esta decoración plateresca continúa por los capiteles y jambas, que en este último caso quedan divididas en dos partes mediante una cornisa a la altura del friso inferior de la reja, donde en la parte superior de estas jambas se apoyan dos esculturas (una a cada lado del vano de entrada) ya orientadas hacia el interior de la capilla. En cuanto a estas jambas hay que significar que tanto en su parte superior como en la inferior, sus cuatro esquinas se ornan de columnas helicoidales con decoración de bolas entre lazos.

Detalles del arco de entrada desde el interior.

Siguiendo con la traza arquitectónica de esta capilla tenemos adosada en cada una de las cuatro esquinas que conforman sus muros una columna plateresca que sirve de apoyo a los nervios de su bóveda, aunque estas columnas se rematan con capiteles sobre los que continúan pequeños fustes hasta alcanzar la imposta o cornisa que recorre perimetralmente el interior de la capilla donde descansan los soportes de dicha bóveda.

Esta bóveda de crucería estrellada con combados crea con el desarrollo de sus nervios curvados la forma de cuatro corazones alrededor de su espacio central. Cada una de las claves secundarias aparece decorada con un rosetón, y en la central con el escudo de armas del Marqués de Villena, mientras que en el punto de apoyo de los figurados corazones, en el vértice de los cuatros arcos que sostienen la bóveda, aparecen los escudos con la heráldica de los León fundadores de esta capilla.

Detalle de la bóveda con el escudo de armas del Marqués de Villena en la clave central.

El Retablo Mayor de esta capilla, dedicado a la Anunciación, es una obra renacentista con decoración plateresca policromada, fechada en el año 1546, a la que algunos la consideran como una realización escultórica del entallador Diego de Tiedra, que para otros es como una creación de algún discípulo o artista del círculo de Tiedra o de Jamete.

Se dispone su estructura a través de tres cuerpos entre dos grandes columnas abalaustradas laterales de fuste estriado en su parte central y decorados en el resto, con capiteles que son de tipo jónico, y con tres calles entre columnas también decoradas pero de menor tamaño, todo ello sobre una predela y rematado el conjunto con ático.

Se representan en este retablo escenas en relieve de la vida de la Virgen. En el primer cuerpo de la calle central aparecen las figuras de la Virgen y el ángel Gabriel, que definen el nombre de este retablo y de esta Capilla de la Anunciación a María, todo ello dentro de una hornacina con arco avenerado.

En la calle central, con representaciones de mayor relieve que en las laterales, sobre la escena de la Anunciación se encuentra la del nacimiento de la Virgen, donde figura dentro de una cartela pintada la fecha de 1546, y sobre ella la de la Asunción de la Virgen a los cielos.

La predela, también con tres calles, cuenta en cada una de las laterales con la representación de un busto dentro de un medallón soportado por un ángel a cada lado del mismo y en la calle central el busto de la Virgen con el niño en brazos.

Vista del primer cuerpo

En las dos calles laterales del primer piso tenemos a la izquierda la escena del Abrazo de San Joaquín a Santa Ana en la puerta dorada del templo de Jerusalén, y a la derecha la de la Visitación de María a su prima Isabel.

 

Detalles de las tres escenas del primer cuerpo.

En el segundo cuerpo, en la calle lateral izquierda, está la Presentación de la Virgen Niña en el Templo, y en la calle lateral derecha se muestra la Purificación de la Virgen María y Presentación de su hijo en el Templo.

En la calle lateral izquierda del tercer cuerpo aparece la Dormición o muerte de la Virgen, y en el lateral derecho la Imposición de la Casulla a San Ildefonso por María.

El ático del retablo, con una representación del Calvario, está integrado mediante figuras exentas de Cristo crucificado entre la Virgen y San Juan, que se cierra con un frontón triangular apoyado en columnas donde emerge la cabeza del Padre Eterno.

En el muro situado frente a la reja de entrada a la capilla se abren dos arcosolios o capillitas funerarias, uno junto al otro, con festoneados arcos bajo los cuales se encuentran un retablo y un Entierro de Cristo.

Estos arcosolios se articulan como si de un doble altar se tratase. En su parte inferior se ubican sendos enterramientos sobre los cuales se encuentran los altarcillos u oratorios bajo arcos de medio punto cairelados, entre tres pilastras sobre las que descansa un entablamento con escudo de los León, que se remata con  tres pináculos. Todo este conjunto se decora con gran profusión de detalles platerescos.

En el arcosolio de la derecha, que es donde se sitúan las sepulturas de los abuelos de Fray Luis de León, sobre un fondo que nos recuerda la ciudad de Jerusalén, se encuentra el estiloso grupo escultórico renacentista del Entierro de Cristo, que nos muestra el Llanto o Lamentaciones sobre el cuerpo de Jesús muerto antes de su entierro.

A los pies de esta obra figura una inscripción que indica fue mandada hacer por don Luis de León, tesorero de la Colegial de Belmonte para colocar en el enterramiento de sus padres, don Gómez de León y doña Leonor de Tapia, aunque no aparece con clartidad el año, pues falta la última cifra, (año de 157?).

A este respecto hay que aclarar que el citado Luis de León era tesorero y sobrino del anterior tesorero y fundador de la capilla, que era hermano del padre de Fray Luis de León.

El arcosolio de la izquierda alberga un retablo renacentista de dos cuerpos y tres calles con las escenas en relieve del abrazo de Santa Ana y San Joaquín ante la Puerta Dorada en la calle central del primer cuerpo y en la superior un Calvario.

A los lados encontramos unas tablas con pinturas de Santa Inés y Santa Catalina de Alejandría en el cuerpo inferior. San Francisco de Asís y San Antonio de Padua están en el cuerpo superior.

En el centro de la predela del retablo se encuentra la inscripción: “este retablo mandaron hacer los muy magníficos Señores el Licenciado Hernando de Céspedes y Dña. Inés de Tapia, vecinos de esta villa de Belmonte. Acabose a XXV de junio de 1567”.

En el muro oeste de la capilla que resta sin citar, es decir a la izquierda del vano de entrada a la misma, que forma exteriormente su conjunto el ángulo noroeste de la Colegiata, se abren dos vanos que se corresponden con una puerta de entrada a otro espacio, así como con un balcón abierto a dicho espacio destinado como lugar privado para oración de la familia fundadora en esa capilla.

El balcón tribuna detenta un antepecho abalaustrado en madera, que cuenta con un arco de medio punto sobre capiteles y jambas con decoración plateresca similar al marco que rodea la citada puerta de entrada a este oratorio familiar, que también se remata con arco de medio punto.

Sobre la imposta o cornisa mencionada anteriormente, que recorre perimetralmente el interior de esta capilla, se abren dos vanos para iluminación de la misma, que se corresponden con dos ventanas con decoración plateresca semejante a la del resto de la capilla.

Balcón oratorio de la Capilla.

Latitud: 39° 33' 36.9216" N
Longitud: 2° 42' 9.594" W

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